lunes, 9 de abril de 2012

La búsqueda del sucesor


Hay una incógnita en torno al futuro político del intendente Vischi, nadie en Libres lo analiza pues él no autoriza a sus esbirros mediáticos a hablar sobre el tema. A lo que se asiste en los ámbitos periodísticos que maneja el oficialismo es al más categórico “Silencio stampa”, frase que hicieran célebre los mafiosos sicilianos a principio del siglo pasado y que hoy repite el “Coco” Basile toda vez que algún periodista le hace alguna pregunta para la que el técnico no tiene respuesta.


Aunque a muchos les parezca que tiene todo resuelto Peteco está en una encrucijada, legalmente no puede reelegirse y no tiene quien lo suceda, juega con la timidez de una oposición que no tiene una figura fuerte y que no define candidatos porque dentro del FpV “todos quieren ser”. Está claro que el intendente tiene el poder y la caja municipal, y con eso se hacen maravillas en épocas de campaña, sobre todo cuando del otro lado no hay figuras descollantes que se le opongan naturalmente, ni alguien que comande visiblemente al sector que intenta constituirse en alternativa de gobierno. Si a esto le sumamos un electorado al que le importa muy poco quien lo gobierne cantamos ¡bingo!, cerramos y nos vamos.

Consciente de eso Vischi juega con el tiempo, pues con el poder y el dinero supone que le resultará infinitamente más fácil, que al FpV, instalar a un candidato en poco tiempo, y esa no es una idea alocada. Cabe reconocer que en términos de construcción política el alcalde libreño ya demostró que jamás se aloca, pero parece valido preguntarse, ¿Peteco tiene claro el lío que lo espera?.

Partiendo de la cuestión comparativa, es decir, frente a la tranquilidad de la oposición, el tema a resolver no es el “cuándo” ni el “cómo”, la gran duda de Peteco es el “quién”.

Todo el arco político asegura que el mejor candidato que tiene el radicalismo es Darío Cabrera, eso está tan claro como lo está que Peteco jamás lo bendeciría. Nunca el “Principito” se rodeó de gente inteligente o más formada que él, pues no tolera perder el centro de la escena, y en este caso la experiencia sirve para predecir el futuro, Vischi busca a alguien de bajos recursos intelectuales (todavía más bajos que los suyos) y, sobre todo, a alguien de muy bajos conocimientos y recursos políticos. Esto tiene una explicación.

Lo ideal para alguien que piensa en política, no como un medio para favorecer el desarrollo de la sociedad que le toca gobernar, sino EXCLUSIVAMENTE como trampolín hacia el éxito personal (considerando el éxito en términos de poder/dinero) es salir del gobierno dejando un vacio tal que genere en la población la necesidad de recuperar de manera urgente al gobernante “perdido”. Si fuera posible el personaje en cuestión buscará que, al no ser él el candidato, su partido pierda la elección para demostrar que el poder partidario es exclusivamente suyo. Pero si en la oposición la figura que contrapone es importante y genera expectativas hacia fuera será entonces la hora de “manotear” a alguna figura secundaria de su entorno a la que poner en la silla, pero el elegido debe tener el más bajo perfil posible, como para garantizarle que el poder real seguirá pasando por sus manos. El último ejemplo que los libreños podemos observar como para graficar lo expuesto es Ángel Pardo “poniendo” en el sillón de Di Tomaso, a Eduardo Sanabria y luego al mismísimo Sanabria haciendole, desde el municipio, campaña en contra a Cacho Garavano, que era el candidato de su partido.

Es en este punto que las dudas comienzan a crecer en el despacho de Vischi al tiempo que aparecen los posibles sucesores. Fue mucho lo que se habló, pero muy poco lo que se sabe, se mencionó a su hermana Laura, al secretario de gobierno Sincovez, a su ex secretaria privada Mónica Pedascoll y hasta a Hugo Mango, pero el intendente es consciente de que cualquiera de ellos haría desbarrancar en muy pocos meses la imagen que pueda quedarle. Si revisamos caso por caso arribaremos a las mismas conclusiones que el jefe comunal, su hermana Laura goza de “cero” aceptación, no hay plata en Libres que logre levantar la imagen de arrogante que ostenta la subsecretaria de Trabajo de la provincia. Sincovez, a su vez tiene dos trabas que parecen insalvables, por un lado es jugador, y además foráneo. Esto lo hace, por lo primero poco confiable, y por lo segundo absolutamente invotable para el sector social en que el radicalismo basa su proyecto, la repugnante clase media acomodada de Libres. Por el lado de Pedascoll y Mango la explicación es la misma para ambos, ni uno ni otro son personas calificadas para gobernar, con el agravante, en el caso de la primera, de que pertenece a un sector interno del radicalismo, que ya probó, que mientras estuvo a su lado le fue fiel, pero cuando tuvo que optar entre él y Ricardo Colombi ninguno de ellos dudó en buscar el calorcito del gobernador. El caso de Nidia Vivas es contundente y paradigmático en tal sentido, y Peteco ya se quemó una vez.

Pero nadie mira a contaduría… El intendente tiene ahí a un ladero que lo acompaña desde el primer día, un hombre que reúne varias de las condiciones que él pretende para el sucesor, es decir, es un técnico que no tiene un proyecto político propio, no tiene “vuelo” a nivel provincial, y… dado su bajo perfil no tiene el rechazo que pueden presentar los antes mencionados, está claro que Fabián Prado tiene su confianza pues es su amigo desde la infancia y, lo más importante a la hora de construir imagen para los radicales, pertenece a una “buena” familia de la sociedad libreña. Con lo cual, no sería descabellado que el actual secretario de Finanzas del municipio termine siendo “el elegido” para suceder a Vischi, si es que éste no logra la tan ansiada re-reelección.

Aunque no todo será sencillo en el armado del oficialismo local, porque a pesar de no estar en los planes de Vischi, está claro que Cabrera tiene expectativas y no son pocos los que lo ven con buenos ojos en el afán de instalar un gobierno de corte más radical y menos conservador. Si Darío no es tentado con un lugar preponderante en las listas legislativas podría dispararse alguna reacción en las filas del radicalismo, y realmente no es muy probable que Libres obtenga dos de los 8 o 10 lugares “salibles” con que contará el oficialismo en las elecciones de 2013, y está claro que el primero será para Vischi. Esto podría disparar una interna en el horizonte radical, que, evidentemente limaría las chances que pueda tener el radicalismo de mantenerse en el poder, puesto que dentro de las filas partidarias Peteco tiene mucha menor aceptación que hacia fuera, y serían muchos los dirigentes de nombre que se sumarían a un nuevo proyecto si fuera comandado por Darío Cabrera.

Y aquí entraría a tallar la actual relación del “Principito” con el gobernador, que no es la peor, pero que dista campos de ser la mejor. Quienes conocen a unos y a otros opinan que la relación es cordial pero tirante, en algún momento “Peteco” cometió el error de disputarle poder a su mentor, y eso en política no se perdona. Ambos son conscientes de que se necesitan mutuamente y es por eso que mantienen cierto grado de cordialidad, aunque la relación ya no cuenta con la confianza que supo existir entre ambos, y si apareciera un dirigente de fuste con posibilidades de mantener el poder para el partido, y a la vez de gobernar con eficacia como Cabrera, el gobernador no lo vería con desagrado. En ese caso a Peteco no le quedará otra que bajar sus pretensiones y sentarse a negociar antes que perder una interna.

Si bien el intendente aparece como la única figura fuerte que muestra la arena local hay ciertas señales que deben leerse porque demuestran que no todo es como parece. El año pasado Peteco convenció a Nito Artaza para que viniera con su espectáculo a nuestra ciudad, montó un improvisado (y gigantesco) escenario en el CEF 22 con la idea de que la taquilla reventaría, pero el fracaso fue tan rotundo que media hora antes de comenzar el espectáculo los funcionarios de confianza andaban buscando empleados municipales para llenar el lugar, y así y todo el Poli, que había sido preparado para dos o tres mil personas mostraba apenas poco más de 200 espectadores. Ese papelón le generó a Peteco una enemistad manifiesta con el payaso senador que llevó a que Artaza terminara poniendo plata para la campaña de Forja unos pocos meses más tarde.

La semana pasada le volvió a pasar algo parecido a Peteco, con el agravante de que el lugar de Nito lo ocupaba Ricardo Colombi y el de las chicas de bombacha fácil lo ocupaba el gabinete provincial. Al término de la inauguración de los 1.000 metros de pavimento en la avenida 3 de abril Vischi ofreció a los vecinos una comida en el polideportivo (el que le quitó a su empleado Carlos Obregón). Había 500 sillas y 500 cubiertos alrededor de las mesas, y a pesar de que los concejales en persona salieron a golpear puertas para invitar a los vecinos apenas se acercaron al lugar unas 50 personas, con lo cual al intendente no le fue muy bien en el intento de demostrarle a Colombi que estaba superada la derrota electoral de septiembre pasado.

Aunque no lo parezca hay tantas incógnitas en el oficialismo como en la oposición, el reloj marca las horas, los días y los meses, el tiempo pasa y los plazos se acortan, y en la municipalidad parece predominar el desconcierto y la simulación, esto es directamente atentativo para los libreños, pues quienes tienen la responsabilidad de conducir sus destinos demuestran que pasaron seis años para nada, que la improvisación es la consigna en todos los proyectos, que no hay un plan, y que lo único que mueve a los radicales es la ambición personal.

Tal vez sea la hora de que haya un replanteo generalizado en la política libreña, un cambio definitivo de paradigma para que el tren no siga pasando en vano, el tema es… ¿Quién arroja la primera piedra?

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