miércoles, 11 de julio de 2012

El fin de algo que nunca empezó

Rulo Verón se fue del Frente para la Victoria. En realidad uno no entiende bien como hizo para irse de un lugar en el que jamás estuvo de manera implícita. Dijo estar… se mostró un par de veces… pero siempre como manteniendo una distancia prudencial, como diciendo “aquí está su candidato, aprovéchenme”. Eso nunca cayó bien en los peronistas y por lo tanto el hombre nunca llegó a encontrar su lugar en la “casa del pueblo”. Antes de cualquier análisis cabe preguntarse cómo es posible que un candidato a intendente abandone la carrera por una nota periodística que ni siquiera es denunciativa, sino apenas crítica de su persona. Verón se fue del FpV por que Guillermo Fernández lo forreó en una nota publicada en el semanario Horizonte. Es un despropósito por donde se lo mire y está claro que creerse eso denota ignorancia política. Verón se fue sencillamente porque no era capaz de luchar por un espacio en un frente donde no lo quieren. Para entender por que no lo quieren es bueno recordar que cuando el PJ comenzaba a darle forma a la construcción política del Frente para la Victoria local Rulo se subió al proyecto de ruptura (financiado por Ricardo Colombi y los intendentes radicales) que proponía a Alejandro Karlem para presidir el partido a nivel provincial, también es bueno recordar que, en aquel momento el querido Rulo no logró ni siquiera concitar la atención de los 24 integrantes que necesitaba para conformar la lista. Verón jamás logró ponerse de acuerdo con los peronistas, en realidad los peronistas nunca lo tuvieron en cuenta para conformar la lista de gobierno, por un lado por haber sido intendente del Panu, y por el otro porque si bien su imagen positiva no es mala, todos saben -puertas adentro- que la imagen negativa que muestra en los sondeos es muy superior a la positiva, y por lo tanto es más fácil “hacer conocer” a un candidato nuevo que reconstruir la imagen del ex intendente. Rulo tiene fama de honesto, eso no está en duda, pero una encuesta no muestra aceptación de la gente por su capacidad para gobernar; es decir, el pueblo lo ve como buen tipo, pero no como buen intendente. Eso ya le ocurría mientras gobernaba, llegó al poder con el 25% de los votos y se fue con el mismo porcentaje con que había llegado cuatro años antes. Verón fue tal vez el intendente más ambiguo que haya tenido Libres, jamás logró conformar un espacio político propio, tal vez el secreto radique en que nunca presidió el partido que lo impulsaba, y así fue que su propio partido le dio un golpe de estado a mitad de su mandato, y quienes lo salvaron de la destitución fueron los partidos opositores, quienes metieron cuñas en su gobierno y le dieron, además de letra, el oxígeno político que necesitaba. Y los peronistas de esto saben mucho, todos ellos recuerdan el motivo de aquella intentona destituyente del Panu, Verón se sirvió del partido para llegar y luego dejó afuera de los cargos relevantes al partido (algo rescatable por quienes no conducimos un partido político, dada la pobreza dirigencial panuista, pero inaceptable para quienes sí lo hacen). Verón no sabe nada de política, llegó al poder sin experiencia alguna y ni siquiera se preocupó por aprender una vez que se sentó en el sillón de Di Tomaso, éste -y no otro- fue el motivo principal de los vaivenes de su gobierno. Pero lo más grave es que ya pasaron seis años y medio desde que fue derrotado por Vischi y en cada aparición pública no hace más que refrendar su desconocimiento político. No hay nada que le haga más mala prensa a Rulo Verón que él mismo frente a un micrófono. Verón no es un mal tipo, se diferencia de muchos dirigentes políticos por su falta de maldad y por carecer de ansias desmedidas de riqueza, gobernó cuatro años y se fue como había venido, ni siquiera cambió su auto o se compró un departamento mientras estuvo en el poder, eso tiene un valor personal enorme y sus nietos escucharán esta historia más de una vez, porque no es común que un tipo honesto pase por un lugar como el que él tuvo y mantenga sus convicciones. Pero un gobierno no requiere de un buen tipo, un gobierno requiere de un buen gobernante, si es buen tipo mejor, pero antes que nada un gobernante debe ser político y Rulo no lo es, y jamás lo será. Si a los sesenta años no aprendió de política está claro que ya no va a aprender. Sin embargo es un buen candidato a vice, y tal vez sea eso lo que le hayan ofrecido para saltar definitivamente el cerco, un cerco que lo conduce a un lugar en el que va a quedar muy mal parado frente a la sociedad, Rulo evidentemente fue tentado por el mismo sector político que luego de vencerlo se ocupó de ensuciarlo, de tratarlo de ladrón, y de pagar a los periodistas para que intentaran instalar en el colectivo imaginario que había sido un intendente corrupto. Nadie cree que Verón se vaya del Frente para la Victoria con la idea de construir un espacio propio, ya demostró (y se demostró) que no tiene capacidad para hacerlo, y todos sabemos que tampoco tiene plata, con lo cual, para creer en los rumores que lo emparentan con el intendente Vischi es solo cuestión de sumar dos más dos, o de tomarse dos minutos para leer el portal de su jefe de campaña. Rulo nunca logró establecer empatía con el electorado peronista, ni con sus dirigentes y ni siquiera logró comulgar con sus ideas. Evidentemente está afiliado al peronismo, pero no es peronista, no existe sentido de pertenencia ni desde el PJ hacia él, ni desde él hacia el PJ. En síntesis, Verón no se fue de ningún lado, sencillamente porque nunca estuvo ahí…

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