El viernes, pasadas las 10 de la noche fuimos con mi familia al local de Aguas de Corrientes, no habíamos ido a la marcha que convocaba un grupo de vecinos indignados porque estaba muy cansado y cuando le mandé un mensaje a Marcelo preguntando cómo había ido me respondió “50 personas”, ahí me sacudí la parsimonia y nos fuimos con Mariana y Lautaro porque me pareció vergonzante que solamente uno de cada mil libreños mostrara su indignación frente al escandaloso y complejo problema del agua que sufrimos los 50.000.
Es decir, como siempre no fue nadie. Algunos porque los libreños somos vagos, nos da pereza ir a este tipo de eventos y siempre encontramos alguna excusa para no ir, otros porque no les gusta la cara de quien convocaba, otros porque tienen miedo, otros porque tienen vergüenza de marchar frente a quienes no lo hacen, y los más porque directamente no se enteraron.
El panorama era el mismo de siempre, me dijeron que el intendente y algunos periodistas anduvieron desactivando la marcha y que eso restó la presencia de los políticos y los sindicalistas, quienes, a su vez podrían haber convocado a más gente, ¿se entiende?. Como si el problema lo tuviera solo el “Renguito” Carbonell, un pibe de 20 años que fue quien tuvo la iniciativa. Y me vino a la memoria la marcha de hace dos años, cuando montados en la protesta sindical, es decir aprovechando la convocatoria que se daba por esos días a causa de la movida que se había armado en la plaza algunos políticos en campaña y un pastorcillo mentiroso que buscaba espacio en la política, convocaron al pueblo a marchar hacia Aguas de Corrientes para protestar, y se juntaron como 1.000 personas, lo que para Libres es un éxito rotundo.
Pero esta vez fue alguien del pueblo quien convocaba, y ni los sindicatos que en aquel momento reclamaban al pueblo solidaridad y compromiso, ni los políticos que cada dos años reclaman votos estuvieron ahí apoyando. Apenas Sara Alegre, Juan Carlos Rodríguez y Mónica Obregón se acercaron a encabezar la marcha, como corresponde en situaciones como ésta, interpelando al que incumple lo pactado, demostrando que ellos sí tienen tiempo para dedicar a los reclamos del pueblo… el resto no apareció.
Solo tres concejales de trece. Solo tres políticos de cientos y ningún sindicalista, ni de ATE, ni de Soem, ni de ningún otro gremio, no había sindicalistas de CGT ni de CTA, ninguno. En libres hay cerca de 30 radios, un canal de televisión, dos periódicos y cinco o seis portales de noticias, pero en la marcha solo había tres periodistas y ningún medio le dio cobertura en vivo a la protesta.
¿Llamativo? No. A poco de terminar la marcha me llamó un amigo para contarme que desde dos radios que se dedican a extorsionar boludos y tipos con la cola sucia (políticamente enfrentadas entre ellas) se apretó a políticos y sindicalistas, desde una porque el intendente había “bajado” la orden de que ninguno fuera a la protesta y desde la otra porque hace algunas semanas se había organizado otra marcha y, como los que convocaban eran ellos y ellos no convocan no fue NADIE, pero nadie en serio… 0 personas.
Es decir, de un lado apretaban en nombre del intendente y del otro en nombre del fracaso propio, pero lo cierto es que, una vez más, los periodistas libreños demostramos que nuestros intereses y nuestras vanidades SIEMPRE están por delante de los intereses del pueblo, los sindicalistas demostraron que no se merecen la solidaridad de la población, y los políticos demostraron que no tienen pantalones, y que cuando un periodista grita SIEMPRE hay un político que se calla.
En síntesis, no es como se dice por ahí con ironía “debe ser que ellos tienen agua buena”, no, ellos tienen la misma agua con mierda que nosotros, pero ocurre que subsanan el problema con agua de bidón y la gente que no tiene Facebook ni siquiera se enteró que había una marcha porque los medios de la “cadena municipal” no difundieron que iba a haber una protesta o se burlaron de ella.
Pero la protesta existió, a los pocos que fuimos nos recibió el gerente, Eduardo Borda acompañado del jefe técnico, un tonto de esos que se creen vivos, de apellido Meza.
Pareció interesante la presencia de Borda, incluso por lo que mostraba su rostro, tenía la expresión de un tipo nervioso, incómodo, que estaba ahí porque es el gerente y siente la obligación de dar respuestas, pero al mismo tiempo esa cara demostraba que no tiene respuestas y es ahí donde nace la incomodidad que mostraba. En cambio el jefe técnico demostraba estar cómodo, sabía lo que tenía que decir (nada) y se lo veía feliz de hacerlo, gesticulaba, tomaba la iniciativa y mentía descaradamente cada vez que alguien hacía una pregunta.
En un momento se dio éste dialogo entre quien escribe estas líneas y el jefe técnico:
P :- ¿Por qué toman el agua a 200 mts. de la salida del arroyo Esperanza?
R: - Porque está bien…
- Y toda la mierda que se ve ahí en la salida del arroyo que es?
- Yo no ví nada malo…
- Pero si hay cloacas que van al arroyo…
- Desconózco que haya cloacas
- ¿Desconocés que hay cloacas? ¿Y las de las casas que hay en el Zanjón a donde van, y la de Lozimex a donde va?
- Ahh… pero son diez casas nada más…
- ¿Vos sos el jefe técnico?
- Si
- Pero entonces saliste para tomarnos de pelotudos, hubiera sido mejor que no salieras…
La postura de Meza recordaba a Videla cuando decía con todo descaro: "Los desaparecidos son eso... desaparecidos, no están vivos ni muertos... están desaparecidos!", como si él no hubiese tenido nada que ver en la desaparición de los militantes, como si su gobierno hubiese sido ajeno al hecho. Meza planteaba algo similar y con similar desparpajo, como sí él (jefe tecnico) estuviese ajeno a la desición de tomar el agua a solo 200 mts. de la mierda que viene con las aguas del arroyo Esperanza, como si la empresa no tuviese nada que ver con eso.
La imbecilidad de Meza, sumada a la incomodidad y el nerviosismo de Borda pusieron en evidencia que la situación está fuera de madre, pero no porque haya ocurrido una catástrofe, (en tal caso los comprenderíamos) sino porque ocurrió lo mismo que ocurre todos los años, y al igual que todos los años la empresa Aguas de Corrientes se niega a invertir parte de los millones que recauda en resolver de antemano lo que ya todos sabemos que nos va a pasar cada verano.
Los dirigentes se ponen incómodos durante los dos o tres meses que dura la bajante del río y después, cuando desaparece el problema, todos, (ellos y nosotros) nos olvidamos de reclamar, nosotros porque pasamos a ocuparnos de otros problemas, ellos porque evitan meterse con el poder.
Lo cierto es que ya empieza a subir el río y cuando hay mucha agua en el río no hay conflicto en las canillas, así que con éste problema nos volveremos a encontrar recién dentro de unos diez meses cuando nosotros, desde uno o dos medios volvamos a protestar, ustedes, los ciudadanos de a pié se vuelvan a enojar y volvamos a pasar un verano como éste, o tal vez peor, porque cada año es peor.
El intendente hará lo que hace cada año, se irá de vacaciones cuando empieza el problema, después se esconderá tras el show del carnaval y luego de terminados los corsos saldrá en algún medio amigo acompañado del infradotado de turno a decir que el agua está bien y por lo tanto estará diciendo que nosotros somos unos maricones que nos quejamos por cualquier pavada…
El miércoles habrá otra marcha, seguramente seremos 50 o 60, o 100, o 200… no va a haber un número importante que siquiera alcance a despeinar al intendente o al dueño de la empresa… y a esta altura, como muchos, me pregunto si vale la pena insistir con este tipo de protesta, aunque mientras me lo planteo… seguiré protestando, junto a 200, a 100, a 50 o a los que sea...
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