Machos sanos, putos enfermos (Familia “homo” sí, pero sin hijos)

Se da por estos días un debate público acerca de la ley de matrimonio igualitario, la derecha (monitoreada por la “santa iglesia de Roma” y las damas de honor del “Patronato de los Milicos Frustrados”), se opone a su aprobación y logró ayer en el Senado un despacho de mayoría, firmado por nueve legisladores, que rechaza el proyecto que ya fuera aprobado en Diputados, a la vez que promueve una ley de unión civil que no incluye la posibilidad de adopción y que solo muestra un profundo sentido de discriminación y homofobia. El despacho en minoría, que aprueba la norma con media sanción, solo fue firmado por seis senadores.

El debate se acalora a medida que el tema pierde fuerza en el senado, puesto que como es un proyecto oficialista “la corpo mediática”, sin comprometer la opinión de sus periodistas, invita a sus programas a representantes de la “retro conservadora” (cuanto más pacatos mejor) para que se despachen a gusto. A la discusión la basan en dos premisas que se confunden entre sí, los “valores” y los “principios”, que un matrimonio gay (que supuestamente no tiene valores ni principios) no está en condiciones de transferir a sus hijos de crianza en la misma medida que lo haría un matrimonio “normal”.

Sin duda que esos “valores” y “principios” que se discuten en la tele no son los mismos que maneja el ciudadano común, esos sectores sociales a los que la derecha llama “la gente” y la izquierda llama “el pueblo”. Los que se discuten por estos días son “valores” y “principios” manejados apenas por gente rica o perteneciente a cierta casta que tiene como “valor” fundacional a “la propiedad privada” (ej: cualquier falta de atención o afecto hacia los hijos estará perfectamente justificada, sí y solo sí, esto fuese en pos de ganar mucho dinero), y que permanentemente demuestra tener como “principio” fundamental “guardar las formas” (ej: un cura puede abusar de un nene de 4 años, sí y solo sí, la noticia no trasciende; un hombre puede engañar a su mujer -o viceversa-, sí y solo sí, ella no se entera; cualquiera puede ser homosexual, sí y solo sí, sabe disimularlo, etc…).

Sin embargo son solo los integrantes de la minoría en cuestión los que ponen el acento en los temas fundamentales, el amor, la ternura y la contención familiar que necesitan los niños que perdieron a sus papás.

A partir del debate y su pobreza vale comparar, muchos historiadores aseguran que Manuel Belgrano era homosexual y, todos sabemos, que Carlos Menem es heterosexual, ¿se podría dudar de los “principios” y “valores” de Belgrano y pontificar los de la Rata, solo por la elección sexual de cada uno de ellos?, quiero decir... ¿qué tipo de principios y valores serían los que Menem estuvo en condiciones de multiplicar en sus hijos carnales y que esos hijos esconden tan recónditamente?.

Se habla irresponsablemente acerca de ciertas tácitas garantías que ofrecemos los heterosexuales a la hora de medir "principios" y "valores" y la necesidad de impedir que las familias se conformen por personas del mismo sexo para que esos "principios" y esos "valores" se mantengan impolutos. Ahora bien, veamos algunos datos:
1) En 2009 hubo en Argentina unas 400.000 denuncias de violencia familiar, es decir, 400.000 mujeres heterosexuales golpeadas por sus maridos heterosexuales y en la mayoría de los casos frente a sus hijos.
2) Se estima que entre el 70 y el 80% de los casos de pedofilia en nenas, son producidos por familiares (heterosexuales) de los cuales el 50% son los propios padres bilógicos (heterosexuales) o padrastros (heterosexuales). Y lo peor, en buena parte de esos casos, los hechos se producen ante el conocimiento de las madres (heterosexuales), que no abandonan a sus parejas por diferentes temores o conveniencias.
3) El Vaticano (principal contrincante de la ley de matrimonio igualitario) reconoció 3.000 casos de abuso infantil perpetrados por sacerdotes en solo 8 años. Vale preguntarse ¿Cuántos no reconoce la iglesia y cuantos no fueron denunciados?.
4) Se calcula en un 10%, de la población general, a la comunidad homosexual, mientras que entre las poblaciones carcelarias la homosexualidad no supera el 2%.
A partir de estos 4 datos, que acabo de enumerar, me permito preguntar, ¿tan claro está que los heterosexuales tenemos los "principios" y los "valores" más arraigados y más sólidos que los homosexuales?.

Interpreto que el debate de los "valores" y los "principios", y la necesidad de que ellos sean transmitidos de padres heterosexuales a hijos heterosexuales, deriva de cierta teoría exponencial que de modo curioso intentan imponer los curas, esta teoría indica que de los matrimonios homosexuales que adopten niños saldrán más homosexuales, y me pregunto, ¿de dónde salieron los homosexuales preexistentes sino de matrimonios heterosexuales constituidos “como Dios manda”?.

La iglesia San José, de Paso de los Libres, por estos días convoca a una absurda y provocadora marcha, lo hace a través de un comunicado distribuido por los medios que dice lo siguiente, “Digamos sí a la familia, al matrimonio entre el hombre y la mujer, a lo más lindo que tiene la vida: criar a los hijos, la Argentina es un país grande y necesita mantener su identidad. Por ello los invitamos a marchar juntos bajo el lema ‘QUEREMOS PAPÁ Y MAMÁ PARA NUESTROS HIJOS’, el día martes 13 de julio a las 20hs, desde parroquia San José.
A este comunicado lo emite:
a) Uno de los núcleos sociales con mayor concentración de casos de pedofilia homosexual del mundo.
b) Un núcleo social que prohíbe a sus integrantes formar una familia y tener hijos.
¿Hipócrita…? Noooo… que va!
Pero lo más grave no es eso, el comunicado es mentiroso y malintencionado, pues postula un mensaje totalmente alejado de la verdad, al antagonizar a la familia heterosexual con la homosexual, el mensaje subliminal dice: “si se aprueba la familia homosexual se termina la familia “normal”.
En fin, hay muchas preguntas para hacerse en este debate y muchas mentiras para desmitificar, está claro que cuando uno intenta imponer una idea sin tener la verdad de su lado lo único que le queda es mentir. Pero lo que me parece más doloroso de todo es la ligereza y la "autoridad" con que se está hablando de seres humanos, lo hacen como si fueran superiores a "ellos", como si “ellos” fueran “casi humanos”, como si hubiera un “nosotros” y un “ellos”. Hablan de los homosexuales en los mismos términos que los nazis hablaban de los judíos, o los “Boers” de los negros. Hablan de alrededor de 4 millones de personas, sin siquiera conocerlos, acusándolos de promiscuos simplemente porque pretenden que todos son como esas "mariquitas" que aparecen histeriqueando en la televisión o vendiéndose en cualquier zona roja, y lo peor, lo hacen como si al lado de cada una de esas mariquitas que histeriquean en la tele no hubiera diez “machotes” o “señoritas”, heterosexuales, haciendo lo mismo; como si al lado de cada travesti que vende su cuerpo no hubiera diez prostitutas o taxi boys, heterosexuales, haciendo el mismo trabajo.

Por último, Hitler, Mussolini y Videla fueron “machos normales”; mientras que Shakespeare, García Lorca y Oscar Wilde fueron “putos enfermos”.
Pero hay algo que estos seis personajes tienen en común, solo una cosa, sus padres… son todos hijos de matrimonios heterosexuales que en teoría criaron a sus hijos con “valores” y “principios” morales y cristianos.
¿Cómo explica esto, padre?

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