sábado, 28 de enero de 2012

El miedo a la política

La doctora Lilian Jara, única médica patóloga de nuestra ciudad, fue despedida del Caps. en el que trabaja, la notificación le llegó el viernes y no tiene otra excusa que una “reestructuración del área”. Así, sin causa que amerite el despido y luego de 5 años de labor sin máculas. ¿La verdadera razón? Jara participó de la lista de concejales del Frente para la Victoria en los últimos comicios y como su contrato vencía con una semana de diferencia con las elecciones del 23 se lo prorrogaron una vez más para “que no se notara” que el despido era un castigo político. La medida evidencia que el secretario de Salud, al igual que otros tantos integrantes del gabinete, está pintado, pues, nadie en su sano juicio puede creer que Silva se dé el lujo de despedir a la única especialista local, a sabiendas de que esto le generará deficiencias a su área. Pero no sonó la voz de Silva sosteniendo a la Dra. Jara.
Evidentemente el “doctorcito” silva… pero no canta!.


Solamente alguien con una profunda deficiencia (mental o política) podría haber decidido el despido del área de salud municipal de la única patóloga de la ciudad, y pareciera que se trata de ambas cuestiones pues la dimisión está firmada por la jefa de Personal y ordenada por el intendente.
No hay una causa justa en el despido, ni siquiera una excusa inteligente pues, según dice la notificación “el área donde se desempeña” la doctora Jara será reestructurada. ¿Con quién la reestructurarán… con un plomero? Porque patólogos no hay… En todo caso, de no querer reconocer que el despido es político debieran reconocer que van a cerrar el área (dejando a los pobres sin servicio de anatomía patológica) en lugar de aducir una reestructuración, o que piensan traer a una especialista de otro lado, con un sueldo que por lo menos deberá quintuplicar el pobre salario percibido hasta ahora por la experimentada Dra. Jara, para que -aunque sea- le resulte interesante a un recién salido de la universidad.
El temor a la política genera este tipo de reacciones entre los que llegan tarde al reparto de neuronas, los mediocres le temen a que la gente piense por sí misma y creen que si ellos piensan por todos les va a ir mejor (a ellos, claro). Y entonces se dan éstas situaciones, en las que un profesional es eyectado de su cargo, no por fallas en su trabajo, sino por haber participado en una lista electoral del sector que le ganó las tres elecciones del 2011 al Principito.
La doctora Jara osó pensar por sí misma, elegir sin pedir permiso y participar en el sector político que representa sus ideas, como si estuviéramos en democracia. Como muy pocos -en esta ciudad de pobres corazones- se atrevió a sumarse a la política poniendo sus convicciones por encima de sus conveniencias, sabía que al aceptar un lugar “simbólico” en la lista de concejales del FpV (5º lugar habiendo 6 en juego) ponía en riesgo su trabajo. Pero le explicaron que era importante que su nombre estuviera ahí y aceptó el desafío, hoy Jara paga las consecuencias por la mediocridad de un intendente que ve enemigos donde debiera ver adversarios y las deficiencias de una pobre “lapicera con piernas”, que firma lo que le mandan firmar. Una vez más en éste gobierno el hombre mordió al perro, la impresentable Sandra Savall firmando el despido de una persona digna.
“Peteco” le tiene miedo a la gente que lo supera intelectualmente, eso ya fue dicho una y otra vez, y es por esto que cada vez que apareció alguien con luz propia o con aspiraciones de mejorar las cosas, sin subyugarse a sus caprichos, terminó en la calle como un perro. Si uno revisa su gabinete comprobará que está conformado por personas mediocres que -invariablemente- fracasaron en la actividad privada y por analfabetos políticos.
También le teme el intendente a la política y su contexto, y supone que alguien que abraza la vida pública utilizará necesariamente la estructura municipal para trepar, como lo hizo él, como lo hacen TODOS los que lo rodean.
Lilian Jara es buena gente, pero lo más importante es que es una buena médica y que no podrá ser reemplazada por ser la única en su especialidad en Paso de los Libres, y la imbecilidad política se la quiere llevar puesta, del mismo modo que se llevó años atrás al doctor Villone, cuando Verón lo echó del Hospital municipal porque no le caía bien, sin tener en cuenta que no había otro gastroenterólogo en Libres.
Queda claro que a la mayoría de los políticos locales no les importa la gestión, tan claro como que si la Dra. Jara decidiera pelear por su cargo tiene la potestad de hacerlo pues sus 5 años de permanencia en el cargo y la Ley de Contratos de Trabajo la avalan y cualquier juez la repondrá en su cargo en menos de 48 hs.
Ojalá que así sea, los libreños pobres, esos que hace seis años perdieron buena parte de sus derechos constitucionales, se lo van a agradecer!

Publicada en Sur Correntino el 30/01/2012

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