El mapa político comenzó a moverse. La llegada de Ricardo Alfonsín a Libres generó, no solo promoción para su posible candidatura a presidente sino también un gran enojo en el gobernador hacia nuestro intendente que se tradujo en evidente "vacío" por parte del jefe provincial hacia su subalterno local durante los actos de Yapeyú. Ricardo siente que Vischi lo traicionó, por un lado al no respetar sus tiempos políticos y presionar para que rompa definitivamente con el gobierno nacional y por el otro por tratar de meter una cuña para su propia candidatura a gobernador (la de Peteco) dentro de solo 3 años.
A la parsimonia local vino también a sumar ruido el arribo de Néstor Kirchner a la provincia, esta visita hizo mover ciertas piezas locales que parecían mal puestas en el lugar en que estaban. Para sorpresa de muchos, el presidente del Concejo Deliberante, Marcelo Cuevas, quien llegó a su banca tras una extraña alianza del Frente para la Victoria con el “ricardismo”, se fue hasta la capital provincial para sumarse a la gente de su partido en el acto que en el hotel Guaraní presidió el Secretario General de Unasur con el objeto de cerrar filas transversales de cara a las presidenciales de 2011. Pero ya tendremos más tiempo, en la semana, para analizar lo local en relación a los cimbronazos que se comienzan a sentir tras los movimientos que se producen en Buenos Aires y en la capital provincial.
Estos primeros movimientos marcan que, a pesar de que todavía es temprano para hacer cálculos certeros, los diferentes sectores ya se empiezan a tantear entre sí para la construcción de los frentes electorales y hasta ahora pareciera que solamente va a haber dos, uno liderado por el PJ y el otro por la UCR oficialista y, si bien el arturismo no tiene todavía “su lugar en el mundo”, es de esperarse que van a terminar sumándose a uno de esos frentes.
La sustancial diferencia con 2009 es que hay un solo sector radical en pugna y esto viene a equilibrar fuerzas entre los dos partidos nacionales más importantes; por un lado, el PJ gobernante, que seguramente bajará todos los recursos que sean necesarios para ganar la elección apostando muy fuerte a la figura de Mauricio Espínola; quien goza por estos días de un exagerado nivel de adhesión popular, y por el otro el radicalismo opositor que en nuestra provincia es gobierno y cuyo jefe político, el gobernador Colombi, viene siendo ninguneado por el gobierno nacional que, a la luz de las encuestas (en las que pierde por paliza con el intendente de Corrientes), no lo quiere ver ni en figuritas.
Ante esta realidad el radicalismo correntino está preocupado por primera vez en una década, si bien no es poco habitual que los gobiernos pierdan las elecciones de medio tiempo, en las que no se renueva la cúpula gubernativa, es muy alarmante perderla por márgenes onerosos, puesto que una derrota vergonzante genera un daño muy difícil de revertir en solo dos años, y todo indica que los planetas se vienen alineando para que en Corrientes el triunfo K (sea pingüino o pingüina) termine siendo arrollador y va a resultar casi imposible que esa diferencia no se vea reflejada en las listas legislativas, con elecciones unificadas o separadas.
Ningún Colombi ganó jamás una elección habiendo un Kirchner en la boleta enemiga, siempre ganaron compartiendo listas o desdoblando elecciones, con lo cual se espera que en 2011, como cada vez que el panorama no le es favorable, Ricardo adelante las elecciones provinciales. El problema que deberá resolver el gobernador, una vez que se saque de encima el apellido Kirchner, es cómo hacer para ganarle a quien por estos días es el político mejor visto de la provincia; y todo indica que Mauricio “Camau” Espínola se presentará el año próximo como candidato testimonial para ganarle al ricardismo y comenzar a delinear la carrera del PJ por el sillón de Ferré dos años más tarde.
Plata no le va a hacer falta a Espínola, probablemente no necesitará siquiera tocar la caja municipal, el gobierno nacional le enviará todos los recursos que necesite para derrotar al gobernador sin discusiones. Seguramente el año próximo comencemos a ver al intendente correntino recorriendo toda la provincia inaugurando y anunciando obra pública. Por otro lado, el partido parece adherir con mayor simpatía a la construcción de un proyecto en derredor de la figura del ex deportista que de la del experimentado Fabián Ríos, quien todavía es lógicamente resistido en algunos sectores internos del PJ por haber participado de las viejas batallas intestinas; en cambio el ex campeón olímpico de canotaje y windsurf, viene lleno de lauros y con la bendición de toda la cúpula del Partido Justicialista Nacional, eso se notó en el acto de jueves pasado, en que el ex presidente resaltó varias veces la figura del intendente correntino.
Queda todavía un camino por recorrer, la dirigencia justicialista correntina no se caracteriza ni por la unión ni por la inteligencia, pero tiene la posibilidad histórica de comenzar de cero, con una figura nacional que va a arrasar en las elecciones presidenciales y con una figura local nueva, que no presenta máculas externas ni lastimaduras internas y que, además, tiene un alto aprecio en el pueblo; ¿será capáz el PJ de destronar en 2013 al conservadurismo radical que tiene estancada a la provincia desde hace 10 años?. Es una gran incógnita que se comenzará a debelar en las elecciones de 2011.
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